
Camila condujo nuestras tertulias con tanta sensibilidad, ética y profundidad que sentí, en cada sesión, un espacio seguro para poder expresarme y escuchar con más apertura.
Me sentí muy segura con su mirada atenta hacia cada participante. Era evidente lo mucho que se preocupaba por el proceso de cada persona, acogiendo nuestras historias con respeto, presencia, empatía, aportando ideas y estableciendo conexiones con lo que era relevante para nosotros.
Las herramientas que utiliza son verdaderas invitaciones y promueven reflexiones potentes y transformadoras. Se me abrieron pequeñas puertas. E incluso las partes más difíciles encontraron un lugar donde pudieron pasar por una revisión.
